El legado de Atatürk (Parte 3)

Concluimos esta serie de 3 artículos, hablando del período comprendido entre 1923 y 1938, años en los que Atatürk se convierte en el líder supremo del país y su principal reformador, creando un fuerte legado que aun pervive en la actualidad.

Kemal Atatürk

Indicar que el presente texto es la 3ª parte del artículo «Atatürk, el padre de la Turquía moderna«.

Atatürk y el camino a la nueva república de Turquía

El triunfo en la Guerra de Independencia turca fue el punto álgido de la popularidad de Atatürk, que se vio social y políticamente respaldado para hacer los grandes cambios que él consideraba que el país precisaba.

La primera decisión de gran calado fue la abolición del sultanato (1922) liquidando con ello el último resquicio del Imperio Otomano y que daría vía libre para la fundación de la república.

Con todo, antes de la proclamación de la república, el gobierno de Atatürk tuvo que negociar las cuestiones fronterizas y étnicas derivadas de los conflictos bélicos iniciados durante la I Guerra Mundial. El Imperio Otomano había perdido la I Guerra Mundial, pero el nuevo gobierno turco se sentó en la mesa de negociaciones de Lausana (Suiza) con una posición de fuerza que no tuvo en el Tratado de Sèvres, gracias a la esplendida victoria obtenida por las tropas de Atatürk en la Guerra de Independencia turca.

Atatürk Taksim

El Tratado de Lausana tuvo dos caras para los turcos, así por un lado supuso el reconocimiento internacional del nuevo gobierno y el fin de la presencia extranjera en el país (y sus capitulaciones), pero por otro supuso la constatación de las perdidas territoriales en África y Oriente Medio, así como de las islas del Dodecaneso.

Con todo, la principal consecuencia del Tratado de Lausana fue el intercambio de población entre Grecia y Turquía, que alteró completamente la multiculturalidad étnica y religiosa de ambos países. El proceso conllevó la migración forzosa de casi 2 millones de personas que dejaron sus hogares para reinstalarse en nuevas ciudades que les eran completamente ajenas; esto provocó cambios importantes en el componente étnico de muchas regiones de Turquía (Mar Negro, Egeo…), que se volvieron más turcas y musulmanas que nunca.

Por otra parte, el gobierno de Atatürk iniciaría de forma paralela un proceso de turquificación del país, con el fin de crear una nueva identidad turca alejada de la multiculturalidad propia del Imperio Otomano. Este nuevo concepto de «lo turco» estaba basado en la adopción de un único idioma, mismos símbolos y en una misma concepción nacional republicana compartida para todos sus ciudadanos en el que la religión del estado era el secularismo.

Este proceso conllevó una cierta limpieza cultural y discriminación social de las múltiples identidades étnicas, lingüísticas o religiosas existentes en el país, incluidas aquellas que se habían mantenido fieles al Imperio Otomano durante la guerra; este proceso de culturización forzosa es, sin duda, uno de los aspectos más controvertidos del legado de Atatürk.

Cambios en la vida personal de Atatürk

El año 1923 comenzó convulso para Atatürk en lo personal y así al poco de empezar el mismo, el 14 de enero, su madre, Zübeyde Hanım, fallecería en Esmirna a los 66 años de edad; su progenitora no estuvo, por lo tanto, presente en la boda de Kemal con Latife Uşşaki que tendría lugar 2 semanas después de su muerte.

Atatürk ya había entrado en la cuarentena cuando se casó con esta educada joven natural de Esmirna, matrimonio que solo duraría 2 años y que terminaría en divorcio en el año 1925. Atatürk no tuvo ningún descendiente con Latife (ni con con otra mujer), aunque si adoptaría, en diferentes momentos de su vida, hasta 7 niñas (entre ellas la célebre Sabiha Gökçen) y un niño.

Algunas fuentes afirman que Kemal mantuvo en paralelo una relación con otra mujer llamada Fikriye Hanım, quien resultaría herida de muerte en un incidente sin esclarecer ocurrido en 1924 en las cercanías de la residencia oficial de Atatürk; su muerte, objeto de numerosas especulaciones, forma parte de la leyenda asociada a la figura del líder turco.

Los primeros años de la república de Turquía

El 29 de octubre de 1923 se fundó la nueva república de Turquía y Mustafa Kemal fue declarado como su primer presidente, cargo que mantendría hasta su muerte en 1938.

La creación de la nueva república tuvo una importante impacto en la organización del estado, así Atatürk movería la capital de Estambul a Ankara, al considerar este que la ciudad anatolia era más fácil de defender en caso de conflicto bélico.

Por otro parte, Atatürk abolió el califato otomano en 1924 e inició la secularización total de las instituciones turcas, que ahora debían lealtad a la nueva asamblea turca. Paralelamente se produciría también el cierre de las escuelas religiosas, las ordenes sufí, la abolición de la Sharia y la adopción del domingo como día de descanso semanal (frente al tradicional viernes del Islam).

La modernización, secularización y europeización se convirtieron en los motores del ideario de Atatürk, hecho que que se manifestó en la primera constitución del país, promulgada en abril de 1924, y en el establecimiento de un nuevo código civil inspirado en el utilizado por Suiza.

Desde este pensamiento occidentalizante, salieron medidas tales como la adopción del calendario gregoriano, la eliminación del Fez y la limitación al uso del velo que cambiaron significativamente el día a día de los turcos.

La reforma de la lengua turca, que adoptará el alfabeto latino, será otro de los grandes cambios impulsados por Kemal, hecho que vendrá acompañado de una alfabetización masiva del país gracias a la cual se redujo considerablemente la tasa de analfabetismo crónica de la sociedad turca.

Atatürk lengua turca
Monumento al nuevo alfabeto turco

Atatürk y los derechos de la mujer

Si existe un sector de la sociedad que estará siempre agradecido a la labor reformadora de Atatürk, este será el de la mujer turca, que dieron pasos de gigantes en lo relativo a sus derechos civiles.

La concesión más importante fue, sin duda, el derecho al voto, que se materializaría totalmente en 1934, poniendo a Turquía en una posición de vanguardia a nivel mundial, ya que en aquel momento el sufragio femenino no estaba consolidado ni en Europa y mucho menos en el mundo musulmán. Las mujeres, además, lograron el derecho a formar parte de la asamblea y optar a trabajos públicos.

El nuevo código civil trajo medidas progresistas que ayudarían a mejorar la situación de la mujer, como la eliminación de la poligamia, la adopción del matrimonio civil como el único válido en el país y el divorcio igualitario.

También se produjo una igualdad total de oportunidades en lo referente al acceso y progreso en el sistema educativo, hecho que brindo mayores posibilidades de desarrollo profesional e independencia personal a las mujeres.

Todo ello conllevó que sean las mujeres modernas actuales, las más firmes defensoras del legado de Atatürk y siempre saquen a relucir su figura en sus reclamos contra los gobiernos más conservadores.

La consolidación de la República

Las reformas de Atatürk chocaron evidentemente con un pueblo turco aun anclado en las tradiciones otomanas y que vio con recelo muchas de sus medidas, de hecho existieron varias intentonas para acabar con su vida. Pese a todo, el prestigio del presidente turco y la estructura creada, sustentada en la lealtad máxima del ejercito y un parlamento sin apenas oposición política, permitió que Atatürk continuase con sus profundos cambios estructurales del país.

Algunas de estas reformas sirvieron en su propio interés, como el levantamiento del veto islámico a la representación de la figura humana, que lleno el país de estatuas de Kemal Atatürk fomentando con ello una exaltación continuada y exagerada de su figura que aun se mantiene en la actualidad.

Atatürk

Otras en cambio buscaban el beneficio global de la ciudadanía turca como la apertura de numerosos museos, bibliotecas, teatros etc, también se potenció la creación de libros, periódicos y películas en turco.

La modernización de los métodos agrarios y de la vida en el campo en Turquía fue sin duda el gran éxito económico de su gobierno, que se complementaría con un cierto renacimiento de la industria pesada turca, que se había quedado ciertamente obsoleta.

También a nivel económico Atatürk conseguiría lidiar con cierto éxito la Gran Depresión de 1929 y el pago de las obligaciones de deuda heredadas por el gobierno otomano, impulsando paralelamente la creación del Banco Central Turco en 1931.

Una de las principales reformas que ejecutaría es la ley del apellido de 1934, que conllevaría que todos los ciudadanos turcos tengan que adoptar un apellido; en el caso del propio Mustafa Kemal será la Asamblea Nacional la que unánimemente le asignará el apellido de «Atatürk» (el padre de los turcos); curiosamente sus hijos adoptivos no adoptarían su apellido sino el de «Aldirma«, ya que el propio Kemal quiso desvincularlos del propio mito que él había creado.

Últimos años de la vida de Atatürk

La salud de Atatürk se había visto afectada por los largos años que paso en las trincheras y en los distintos campos de batalla, y realmente tampoco es que se cuidase mucho, siendo asiduo fumador y bebedor de rakı (licor típico de Turquía).

Será su afición por la bebida quien probablemente acabe con su vida, ya que en 1938 se le detectó una cirrosis que meses después acabaría con su vida. Sabedor de que le quedaba poco tiempo, Atatürk decidió donar todas sus pertenencias al estado turco y al partido político (CHP) que había ayudado a crear.

El 10 de noviembre de 1938 a las 9:05 horas fallecería Mustafa Kemal Atatürk en el Palacio de Dolmabahçe a los 57 años de edad, tras haber ejercido como presidente de Turquía 15 años y haber dirigido la transición del país a una república consolidada y respetada internacionalmente.

Tumba de Kemal Atatürk
Tumba de Atatürk en Ankara

Tras su multitudinario funeral, su cuerpo sería trasladado al Museo Etnográfico de Ankara, donde reposaría hasta su definitivo traslado a un mausoleo propio (Anıtkabir) ubicado en misma capital turca y que hoy en día se ha convertido en uno de los monumentos más visitados de Turquía.

El legado actual de Atatürk

Pese a los años transcurridos desde su muerte, la imagen de Atatürk sigue estando muy vigente para todos los turcos, que en su mayoría le siguen profesando una gran devoción como se manifiesta claramente cada 10 de noviembre cuando la mayoría de los turcos paran su actividad diaria durante 2 minutos para conmemorar la hora exacta de su fallecimiento.

Atatürk

El legado militar y político de Kemal es extraordinario, herencia que se ha combinado con un culto a su personalidad, que aunque potenció el propio Kemal en vida, fue exponencialmente exagerado por los gobiernos que sucedieron a Atatürk.

La sobrerrepresentación de su figura en todos los aspectos de la vida pública (estatuas, fotografías…) puede chirriar a los extranjeros que no solemos entender la adoración para una persona fallecida en la ya lejana fecha de 1938, pero los turcos más modernos aun hoy siguen hechizados por el conocido «espíritu de Atatürk» y vuelven a él constantemente como medicina que les ayude afrontar los males de la Turquía actual.

Quizás el legado de Atatürk no sea ya el escudo democrático infranqueable de antaño, pero sigue sirviendo de inspiración de una Turquía, que le debe todo a este gran líder que no tuvo miedo de dar los pasos para cambiar para siempre a toda una nación.

¿Quieres conocer más sobre la vida de Atatürk? pues no te pierdas los otros artículos de la serie

Licencia de uso de fotos y texto Planeta on Tour
Las fotos y textos son propiedad de Planeta Estambul. Pinchar aquí para ver licencia de uso

Actualizado el 18 septiembre,2023.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño