Si hablamos de los productos alimenticios más consumidos en el día a día de Estambul, es imposible no mencionar el Simit, una auténtica institución dentro del arte de los panaderos turcos.
El Simit (también llamado Gevrek) pese a ser un producto sencillo, no es más que un pan con forma circular decorado con semillas de sésamo, es un auténtico superventas, de hecho se puede decir que junto al Kebab es el alimento más comprado a diario por los turcos. Esta popularidad es en parte debida al gran número de vendedores ambulantes que los venden, así prácticamente cualquier calle con un poco tránsito de Estambul cuenta con uno o varios vendedores de Simit.

Normalmente, el Simit es exhibido en un carrito acristalado pintado de colores rojos y dorados, aunque algunos vendedores optan por venderlo bandeja en mano e incluso algunos se mueven por las calles sosteniendo todo el género con su cabeza, en una estampa que suele ser reflejada por las cámaras de los turistas. Con todo, el Simit no solo es vendido de forma ambulante, así los restaurantes y hoteles suelen ofrecerlo en sus desayunos que incluyen también otros productos típicos como Menemen, huevos, miel, etc.
El Simit, que siempre está crujiente y que en muchas ocasiones se acompaña con queso y mermelada, es un producto muy solicitado durante las festividades locales, especialmente durante el Ramadán. Su módico precio hace que sea un producto muy consumido entre las clases más populares del país; una relevancia social que viene de lejos, ya que algunas fuentes citan que el Simit ya era incluso horneado en el siglo XVI.
Un producto de hondas raíces, de cuyo sabor han disfrutados cientos generaciones de turcos, porque un paseo por Estambul no sería lo mismo sin el olor y el sabor de un crujiente Simit.

Actualizado el 21 mayo, 2024.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño

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