Las espectaculares audiencias de telenovelas como ¿Qué culpa tiene Fatmagül? o las Mil y Una noches han generado un creciente entusiasmo internacional por la sociedad y cultura turca, pero ¿realmente las novelas de éxito son un espejo fiel de la realidad del país? Pregunta compleja que intentaremos abordar en este artículo del Especial sobre Telenovelas Turcas.
La idealización de la realidad turca
La idealización de Turquía no es nueva; durante los siglos XVIII y XIX, surgió el Orientalismo, que atrajo a muchos pintores y escritores a Estambul. Su exageración generó estereotipos que se hicieron fuertes en la sociedad occidental, incluyendo imágenes como las bailarinas del vientre y los derviches, que aún perduran.
Los mitos sobre Turquía se han reducido un poco desde su modernización a mediados del siglo XX, especialmente cuando más personas empezaron a visitarlo y a tener sus propias impresiones, en lugar de basarse solo en lo que decían los artistas románticos; sin embargo, han surgido momentos que han renovado los estereotipos sobre el país, como ocurrió en España tras el éxito de la película «La Pasión Turca«.
El éxito de las telenovelas ha rediseñado una vez más la visión que desde el exterior se tiene de Turquía, creando una idea de lo turco, que tiene parte de real y parte de ficticia, en un reflejo en el que confluyen estereotipos clásicos a la vez que se incorporan otros nuevos.
Una de las principales novedades de este fenómeno es que ahora son los turcos, a través de sus potentes medios audiovisuales, quienes crean y difunden la imagen del país al mundo, en lugar de los extranjeros. Esto significa que la visión se forma sin prejuicios culturales y no desde una perspectiva de superioridad moral como ocurría con los escritores europeos del siglo XIX, lo que le da más credibilidad, aunque sigue teniendo una fuerte carga de idealización.

Reflejo de la sociedad turca en las novelas de éxito
Más allá de la exageración narrativa y visual que tienen todos los productos televisivos, existen muchos elementos de estas novelas que chocan claramente con la realidad diaria de Turquía.
Un claro ejemplo es que una parte significativa de las telenovelas turcas se centra en familias ricas y modernas que viven en barrios lujosos, como en el éxito Amor Prohibido (Aşk-ı Memnu). Aunque las historias de familias adineradas y el romance entre una mujer pobre y un hombre rico son comunes en este género, su frecuente aparición en las series turcas oculta la realidad del país y asocia a Turquía con la riqueza y la modernidad de este pequeño grupo, que no enfrenta los problemas que sí sufre la mayoría de la población, como la represión política, el clasismo y las largas jornadas laborales.
Además, importantes estratos sociales de la sociedad turca, incluida la clase media, no suelen aparecer reflejados, al igual sucede con ciertos colectivos singulares como el homosexual, que en las telenovelas modernas de muchos países ya tienen su hueco, pero que en Turquía aun sigue siendo un tema tabú; con todo es la omisión de las mujeres musulmanas tradicionales el caso más llamativo.

Las mujeres turcas con velo tienen menos visibilidad en las novelas turcas, excepto en los dramas rurales del Este. Aunque hay algunos seriales donde tienen roles principales, suelen ocupar papeles secundarios o ser figurantes. A menudo, cuando aparecen, no se las retrata de forma precisa, ya que llevan ropas y velos inusuales, y a veces se puede ver el pelo bajo el pañuelo, algo poco común entre mujeres piadosas y conservadoras.
Su escasa presencia sorprende, ya que son uno de los elementos humanos más visibles de Turquía y, por su número e influencia política, gozan de una posición social distinta a la que se muestra en televisión; sin embargo, sus historias y problemas no han sido atractivos para los productores.

Por otro lado, los sectores más desfavorecidos y los vecindarios humildes suelen aparecer en pantalla de manera pintoresca, resaltando los tópicos sobre ellos (música, cultura ambulante, picaresca…).
En las series turcas el barrio pobre es introducido generalmente en la narrativa como contrapunto del barrio rico a donde los protagonistas aspiran a acceder como idea general de éxito; su ajuste a la realidad no interesa tanto, sino lo que se busca es crear un contexto para el desarrollo de una historia de final feliz en la que la protagonista partiendo desde abajo acaba alcanzando el éxito personal, profesional o amoroso.
En las novelas ambientadas en el Centro y Este de Anatolia, se presentan muchos estereotipos que los turcos de las grandes ciudades del Oeste tienen sobre estas regiones (la mayoría de la productoras están en Estambul), creando una visión distante y exótica, como si se hablara de un lugar lejano.
Estas telenovelas han contribuido a formar una imagen excesivamente tradicional y anticuada de estos territorios, que en ocasiones resulta exagerada.
Es cierto, esos í, que este tipo de novelas abordan problemas sociales como el honor, los matrimonios forzados y las relaciones familiares, ayudando a que el público turco e internacional los conozca. Sin embargo, por autocensura, no tratan temas políticos o étnicos que afectan la vida cotidiana de las personas y cuya explicación es necesaria para comprender mejor la situación en estas partes del país. Problemas como el conflicto kurdo, aleví o armenio, que sí se tratan en el cine, están ausentes en estas novelas.

Idealización del pasado otomano
Otro caso interesante a analizar es el impacto internacional de novelas históricas como la exitosa Suleimán (Muhteşem Yüzyıl en turco). Aunque los escenarios y personajes no reflejan la sociedad turca actual, han regenerado mitos del orientalismo (ostentación, riqueza, sensualidad, erotismo). Algunos sectores de la sociedad turca y muchos historiadores critican a las televisiones por retomar esta visión inventada de la vida otomana, que costó erradicar del imaginario público. Sin embargo, las cadenas saben que esta imagen es más atractiva y sensual que la realidad del Imperio Otomano.
El Imperio Otomano ha sido idealizado por los extranjeros, aumentando el interés en sus grandes monumentos y en las tumbas de figuras como Hürrem y Suleimán. Este estereotipo oculta los aspectos negativos de los sultanes, como el control estricto y la represión, creando una imagen de lujo y placer reservada a una élite, mientras que la mayoría de la población no disfrutaba de estos beneficios. Además, las series turcas simplifican la imagen musulmana de la época, ignorando la relativa «tolerancia» religiosa del Imperio y el papel importante que las minorías desempeñaron en su población, gobierno y economía.

Rol de géneros en las novelas turcas
Uno de los elementos más sorprendentes es que el auge de las telenovelas turcas ha provocado una gran admiración y deseo internacional hacia el hombre turco, al que le han asignado todos los atributos del galán clásico (seductor, elegante, culto y triunfador).
Evidentemente, este perfil de hombre existe en Turquía, pero en menores dosis de lo que las novelas dan a entender; en grandes líneas los turcos son hombres normales que tratan a las mujeres de forma respetuosa y educada (y cada vez más de forma igualitaria), pero con todo existen amplios sectores que se empeñan en mantener la cultura machista que ha dominado históricamente la vida turca, así muchos hombres siguen mirando a las mujeres como objetos o tratándolas como miembros secundarios de la sociedad.
Esto se ve en la discriminación laboral y en los comentarios irrespetuosos que las mujeres sufren a diario en las calles. Muchas turcas buscan el hombre ideal que muestran las telenovelas, pero tienden a buscarlo entre extranjeros, quienes consideran que son más cariñosos y románticos.
Enmascarado quizás por el encanto de los guapos actores, las novelas si desarrollan ciertos roles que se pueden asociar claramente a los hombres turcos, por ejemplo en la mayoría de las series son ellos los que siempre toman las decisiones importantes y los que tienen una posición económica fuerte, además de ser los garantes de las tradiciones y del orden y la autoridad de los núcleos familiares.
En la sociedad turca laica y moderna este papel está evolucionando (en la tradicional musulmana apenas se ven avances) e integrando a la mujer en el mismo, pero con todo en Turquía sigue existiendo una clara predominancia del varón tanto en el ámbito profesional como en el familiar.

En el caso de las mujeres modernas (como ya hemos dicho anteriormente las mujeres tradicionales musulmanas apenas tienen presencia en las series), las telenovelas confieren, como es habitual en el género, un papel protagonista a las mismas, pero si uno escarba un poco se detectan los detalles que reflejan como las mismas aún siguen desempeñando un papel secundario en la sociedad turca.
La protagonista guía el argumento central de la serie, pero siempre en un sentido negativo, ya que será ella la que sufra el peso de las tradiciones, el honor y las presiones sociales o familiares; por desgracia esto forma parte de la carga inherente a ser mujer en Turquía, ya que estas tensiones están presentes en mayor o menor medida en la vida de la mayoría de las turcas, de hecho, casi todos los dramas mostrados en las novelas tienen o han tenido su triste correspondencia en la vida real del país.
Con todo, una de las grandes anomalías de estas novelas es que excluyen del escenario mostrado los problemas de las mujeres conservadoras musulmanas, las cuales no tienen apenas visibilidad o voz, pese a que son las que sufren en mayor medida la violencia psicológica del machismo tradicional turco.
El que se muestre en muchos seriales una mujer guapa y que viste a la moda con un estilo muy similar al observado en las mujeres más avanzadas e independientes de otros países, puede generar entre el público internacional la idea de que no existen diferencias entre ambas pero no es exactamente así.
Las mujeres turcas modernas ampliamente adoptan ese estilo y hace tiempo que rompieron el tabú conservador al menos en lo que se refiere a la moda o al estilo de vida, de hecho, la mayoría de las mujeres están integradas en el mundo laboral y algunas han avanzado en la escala empresarial pese al machismo imperante en la misma, pero si leemos en detalle su situación real detectaremos que en el grado social los avances no se han producido con tanta fuerza. La mujer turca aún no es ni se le deja ser verdaderamente independiente y sigue interiorizando en su día a día los roles asignados de forma histórica.
Además, tal como se observa en las series, ellas juegan generalmente un papel menos importante en la toma de decisiones y su posición familiar siempre es secundaria al compararla con la que tienen los varones. Las telenovelas, en este caso, contribuyen a mantener esta idea, un ideal romántico un poco trasnochado en el que las mujeres parecen predestinadas solo a solucionar sus problemas o alcanzar el éxito personal a través de su unión con un hombre, el cual sí es rico y poderoso mucho mejor.

Turquía no es un país fácil de radiografiar
En resumen, el éxito internacional de las telenovelas producidas en Turquía han contribuido a redefinir la imagen que los extranjeros tienen del país, una visión creada en el país y que a priori debería ser fidedigna, pero que en vez de eso contribuye muchas veces a crear tópicos o visiones parciales irreales o exageradas.
Por todo ello, si a través de las novelas turcas acaba uno apasionándose por conocer Turquía, es importante que la imagen del país no se quede solo en lo que ofrecen las mismas; este tipo de series pueden ser un buen punto de partida para introducirse en la cultura turca, pero son insuficientes para conocer y entender la complejidad del país y sus problemas, ya que Turquía es un mundo apasionante, pero que no se radiografía tan fácilmente.
Esta edición especial titulada Éxito, Mujer y Telenovelas turcas, es realizada en colaboración con el blog Brave readers y consta además de los siguientes artículos:
- Características, contexto y éxito de las telenovelas turcas
- ¿Muestran las telenovelas turcas en América Latina, la situación de la mujer en Turquía?

Actualizado el 21 agosto,2024.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño


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