Existen pocos trenes tan mitificados como lo fue el Orient Express, símbolo de lujo y confort, este convoy cruzaba Europa partiendo de París para finalizar su travesía ante la belleza visual de los grandes monumentos de Estambul.

De arquitectura otomana, aunque diseñada por el alemán August Jachmund, la estación terminal de Sirkeci (Sirkeci Garı en turco) es el principal recuerdo de aquella línea de viajeros que sirvió de inspiración a Agatha Christie en su conocida novela Asesinato en el Orient Express; recuerdo vivo de una época donde el tren era el principal medio de comunicación europeo.

Construida en 1890 y situada en Sirkeci-Eminönü, la estación luce a día de hoy un aspecto similar a sus orígenes, con una fachada de estilo oriental donde predomina el color rosáceo y que vive deseosa de una restauración que se prevé realizar en los próximos años.
Su interior es enigmático, en el que la madera concede estilo y fuerte carácter al recinto y, donde un hermoso hall se elevaba en altura haciendo de vestíbulo y puerta de entrada de los viajeros, turistas de caché que se veían entusiasmados por el pintoresco efecto de la luz atravesando sus vidrieras y arcos.

La estación perdió su protagonismo y esplendor con el desarrollo de la aviación, hecho que conllevo la desaparición del Expreso de Oriente en los años 70 del siglo pasado.
Hoy en día su edificio histórico es utilizado solo como atractivo turístico, ya que las líneas de trenes locales o regionales se trasladaron a una terminal próxima. Parte de los bajos de esta maravilla patrimonial son ocupados por un restaurante que sirvió durante décadas como punto de encuentro de escritores y periodistas y que a día de hoy solo es una parte más de este monumento singular, ejemplo de una época en que los viajes se escribían con el traqueteo del tren de fondo.

Actualizado el 21 mayo, 2024.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño


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