La Tumba de Nalıncı Mehmet Mimi Dede o Nalıncı baba (Nalıncı Mehmet Mimi Dede Türbesi en turco) está situada en las inmediaciones de la actual Universidad de Kadir Has, en el barrio de Cilabi-Haydar en el distrito de Fatih; un modesto templete que acoge los restos de un hombre piadoso conocido por el nombre de Nalıncı baba y que es el protagonista de un conocido relato otomano basado en un sueño del sultán Murad III.
Cuenta la leyenda otomana, que el Sultán visiona la muerte del santo y siguiendo la secuencias de imágenes que observó mientras dormía, acaba encontrando el cadáver de un hombre en las calles de barrio de Cilabi; tras preguntar por el mismo, los vecinos le indicaron que solo se trataba de un borracho, que no realizaba la oración y que era frecuentemente visto con prostitutas.
Pero con todo el Sultán, perturbado aún por su sueño, decide enterrarlo en el jardín de una mezquita imperial; se dice que en el momento de hacerlo la Sultana, presente en el funeral, se percata de que la luz incide sobre él de una forma especial y que el cadáver portaba en sus labios una amplia sonrisa, por ello siente que no están obrando bien y pide al Sultán que investigue en profundidad su identidad.

El Sultán accede a la petición y de incógnito acaba por encontrar la casa donde vivía aquel misterioso hombre. Allí le recibe una anciana de quien descubre que las opiniones de los vecinos eran falsas y que relata al Sultán la verdadera vida pía de Nalıncı baba. Este no solo no bebía alcohol, sino que compraba el vino para verterlo a las alcantarillas y así otros no lo consumieran, además no hacía uso de las prostitutas, sino que las ayudaba y protegía; además realizaba la oración a diario, pero eso si en una mezquita alejada del barrio.
La mujer contó que él mismo Nalıncı conocía los maliciosos comentarios que los vecinos vertían sobre él y que no le importaban, hasta el punto de que había cavado su propia tumba en el jardín de su casa, para que allí fuera enterrado sin molestar a nadie.
El Sultán emocionado por la historia, decide trasladar allí los restos y santificar el lugar, que a partir de ese momento comenzó a ser venerado por los mismos vecinos que antes lo criticaron injustamente, tradición que aún hoy en día se mantiene.

Actualizado el 21 junio,2022.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño

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