La iglesia de Santa María de Sakızağaç o Surp Asdvadzadzin es uno de los templos más desconocidos de Estambul, pese a estar ubicado apenas a unos metros de la concurrida Avenida İstiklâl y tener consideración de catedral para la comunidad católica armenia.
La iglesia armenia católica, de rito oriental aunque está en plena comunión con el Papa, empezó a ganar presencia en el paisaje de Estambul tras el edicto de 1830 del sultán Mahmut II, a través del cual concedió derechos a la comunicad católica armenia para construir su propio patriarcado, dándole los mismos derechos que ya tenían las otras minorías religiosas turcas; este ambiente aperturista se materializaría en la construcción de 12 templos armenios católicos en la ciudad, muchos de los cuales se ubicarían en el entorno de la antigua Grande Rue de Péra (Avenida Istiklâl en la actualidad), donde a finales del siglo XIX residían un gran número de sus fieles.
La Catedral fue inaugurada en 1866 y estaba integrada en un conjunto primigenio que incluía también la sede del patriarcado y una residencia para sacerdotes, complejo que fue construido por la generosa contribución de los mecenas Bedros Bey Misirliyan y Boğos Amira Bilezikçi.
El Gran incendio de Beyoğlu de 1870, el cual arrasó con muchos emblemáticos edificios del barrio, afectó parcialmente a la iglesia y destruyó las oficinas del patriarcado, que no serían reparadas hasta el año 1881.
Su nombre «Asdvadzadzin» (Madre de Dios en español) es frecuente entre las iglesias armenias de la ciudad, de hecho existen varios templos en Estambul con el mismo nombre, lo que puede generar cierta confusión a la hora de identificarla, eso sí es la única que tiene consideración de catedral dentro de la comunidad católica armenia de Estambul, aunque si comparte rango en la ciudad con otras dos catedrales católicas, como son la del Santo Espíritu (católica romana) o la de Aya Triada (católica de rito griego).
La iglesia se encuentra situada en el Nº 17 de la calle Sakız Ağacı, en la parte trasera del centro comercial Demirören y a unos metros de la Mezquita de Hüseyin Ağa, pese a estar en una calle relativamente concurrida, pasa totalmente desapercibida ya que su entrada está detrás de un más que discreta puerta.
Si perdemos la vergüenza y accedemos al interior, nos encontramos un pequeño patio donde nos encontraremos con la catedral cuya fachada principal resulta algo insulsa; otra cosa ya es su interior que guarda una mayor belleza con interesantes frescos realizados por artistas italianos, cuyo arte embellece especialmente un altar mayor sustentado por cuatro columnas de estilo corintio.
Una iglesia modesta pero de gran contenido simbólico, que aunque ya no alberga el patriarcado, el mismo en la actualidad se encuentra en Libano, constituye uno de los recuerdos de la gran vitalidad que tuvieron los armenios católicos en Turquía, un legado material desconocido por la mayoría, pero abierto a quien lo quiera descubrir.
Actualizado el 28 enero,2020.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño
Planeta Estambul 