La Fortaleza de Anatolia (Anadolu Hisarı en turco) hoy en día puede pasar desapercibida entre los miles de monumentos de Estambul, pero este recinto amurallado ubicado en la desembocadura del canal de Göksu, jugó un papel clave durante la conquista otomana de Constantinopla al ahogar con su amenazante presencia el suministro de alimentos y materiales de la otrora gloriosa capital del Imperio Bizantino.

Situada en el distrito de Beykoz, en el lado asiático de la ciudad, Anadolu hisarı está considerada como la construcción otomana más antigua de Estambul; fue construida en 1395 por orden del sultán Bayezid I quien lo uso inicialmente como puesto de observación del Bósforo con el fin de facilitar los movimientos de su ejercito ante el inminente asedio a Constantinopla.
Tras la construcción en 1452 de la Fortaleza de Rumeli hisarı (ubicada en el lado europeo), la Fortaleza de Anatolia dejo de ser una mera atalaya de 25 metros de altura, para convertirse en un bastión de gruesos muros que controlaba el tráfico marítimo proveniente del Mar Negro, impidiendo que los barcos de las colonias comerciales ubicadas en este pequeño océano suministrasen alimentos y materiales tanto a la colonia genovesa de Gálata (supuestamente neutral en el conflicto) como a la propia Constantinopla.

Para comprender mejor el efecto disuasorio que tenían estas fortalezas hay que tener en cuenta que ambas fortificaciones estaban armadas con potentes cañones (algo no muy habitual en la época) y que el fuego cruzado que generaban era letal para los lentos barcos de carga; todo esto añadido a que estos baluartes se encontraban ubicados en el punto más estrecho del Bósforo lo que facilitaba el impacto de los proyectiles.
Era tal el miedo a su potencia de fuego, que prácticamente no hubo intentos de atravesar esta línea defensiva (curiosamente los pocos navíos que lo intentaron lo lograron) y por ello las ciudades ubicadas en el Cuerno de Oro comenzaron a agonizar por falta de suministros, siendo este bloqueo uno de los principales motivos de la caída de la invencible Constantinopla.

Tras la conquista de la capital bizantina, Anadolu hisarı siguió funcionando como punto de control de barcos y aduana, para ser posteriormente destinada como prisión militar, para ser finalmente abandonada a su suerte al perder su carácter funcional y estratégico.
El fuerte fue restaurado a principios de los años 90 del siglo pasado, con el objetivo de ser reabierto como museo, pero el mismo sigue parcialmente cerrado y no se puede acceder a su interior; pese a todo el recinto amurallado y su entorno son merecedores de una visita, con hermosas casas otomanas de madera que se integran en el paisaje a la perfección acompañando en esta estampa mágica, el arte estético de palacios como el de Küçüksu.
Actualizado el 11 mayo,2017.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño
Très beau nomunent et paysage j’aimerais bien le visiter INCH-ALLAH
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Sin duda que merece la pena visitarlo. Desde lo alto hay unas vistas impresionantes del Bósforo y no suele haber nunca nadie, es una sensación grandiosa. Recorrer los barrios de Bebek y de Arnavutköy son un plan complementario estupendo.
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si curiosamente esta zona es poco visitada incluso por los turcos, pena que destrozaran el canal
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