Arnavutköy era en el pasado una villa bañada por la suavidad del Bósforo y que hasta mediados del siglo XX estaba habitada principalmente por ciudadanos pertenecientes a las minorías ortodoxa, armenia o judía; esta mezcla religiosa creo un coqueto núcleo urbano configurado principalmente por casas de pescadores y pequeñas residencias de verano.
Gran parte de las casas de Arnavutköy fueron destruidas durante el incendio que asoló el barrio en 1887, pero muchas fueron levantadas de nuevo siguiendo el estilo arquitectónico de los últimos años del Imperio Otomano; esto se tradujo en edificios elegantes, hechos en madera, de 3 a 4 plantas y que destacaban por sus amplios y confortables balcones.

Entre todas las casas del barrio, destacan el conjunto de «yalı» ubicados a la orilla del mar en el centro de Arnavutköy; hablamos de pequeñas mansiones llenas de exquisitos detalles y que miran al mar exhibiendo amplias terrazas o miradores.
Este conjunto de viviendas de cuerpo noble formaban una manzana de pura belleza que en el pasado solo era visible desde el mar, aunque actualmente un paseo y una carretera bordean su fachada principal permitiendo visualizar fácilmente el conjunto pero retranqueando el acceso del agua a las casas.
Estas casas de colores, son recuerdos vivos de un tiempo en el que Estambul abrazaba con cariño al mar y sus habitantes se reunían a charlar con los vecinos en las terrazas; momentos de relax con sabor a café turco, donde los estambulís se mezclaban con el paisaje y disfrutaban con los sentidos de la belleza innata de esta gran ciudad.
Actualizado el 9 mayo,2016.