Pese a su céntrica ubicación, apenas a un centenar de metros de la famosa Plaza de Taksim, el Consulado General de Bélgica pasa ciertamente desapercibido por el gran público que vive o visita Estambul, los cuales normalmente apenas reparan en su presencia.
Es evidente que su edificio de corte neoclásico, que se encuentra encajonado entre los grandes edificios de la avenida Siraselviler, no luce tanto como las cercanas sedes consulares de otras naciones europeas, como Holanda o Rusia, pero esto no resta la importancia de este consulado y de las fraternales relaciones entre belgas y turcos.

Estas relaciones nacen en 1830, fecha de la independencia de Bélgica, momento en que las autoridades belgas se ven en la necesidad de crear una red diplomática que garantice el reconocimiento del país internacionalmente y que ayude a los belgas a restablecer o fortalecer las relaciones comerciales con el exterior.
La labor diplomática belga, tiene sus frutos en 1837, cuando el sultán Mahmut II pone su firma en el decreto en el que se reconoce la independencia de Bélgica y pone las bases para establecer relaciones comerciales entre este país y el Imperio Otomano.
Este sincero puente diplomático se vió beneficiado por el boom en la riqueza e importancia social de la comunidad levantina, que bajo al amparo de las potencias extranjeras prosperaron en Estambul a lo largo del siglo XIX; este ambiente favorable animó a algunas familias belgas a establecerse en la ciudad y las mismas acabasen por crear prósperos negocios.
En 1900, Bélgica decidió dar un paseo hacía delante en sus relaciones con los otomanos y construye en Estambul la sede de la legación belga en el Imperio Otomano, que tomará forma en el edificio conocido como «Le Palais de Belgique» cuya silueta aun perderá en el corazón comercial de la ciudad.

La embajada de Bélgica se trasladaría a Ankara tras la proclamación de la república turca en 1923, quedando el «palacio» como sede del consulado general de Estambul, labor que sigue realizando en la ciudad.
El «Le Palais de Belgique» es un edificio lleno de historia, que recientemente ha sido restaurado logrando embellecer aun más su fachada, hecho que confirma la clara apuesta de mantener intacta la intima y estable relación entre Bélgica y Turquía.

Actualizado el 5 octubre,2021.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño: