Este pequeño y desconocido cementerio ubicado en el barrio de Maçka, no muy lejos de uno de los campus de la universidad de ITÜ, es un camposanto de origen otomano cuyo principal valor es que ha sido utilizado para el eterno descanso de muchos de los fieles de la secta judío-musulmana conocidos por el nombre de sabateos o Dönme.

¿Quiénes eran los Sabateos o Dönme?
Esta comunidad, originaria de Salónica, fueron en sus inicios judíos que durante el siglo XVII se unieron al mensaje del autoproclamado mesías Sabbatai Zevi, un rabino sefardí de gran carisma y que generó un fuerte impacto en las comunidades judías que se encontraban bajo el influjo del Imperio Otomano.

Su creciente popularidad empezó a preocupar al sultán Mehmet IV, el cual optó por capturarlo y darle a elegir entre convertirse a la religión islámica o la muerte. Su elección por cambiarse de religión supuso un cisma entre sus correligionarios muchos de los cuales optaron por volver al judaísmo ortodoxo; pero otros, en cambio, siguieron la senda de su líder y se convirtieron creando una nueva religión que partiendo de la base del Islam incorporaba elementos propios del judaísmo y así como del sufismo y el cabalismo; a los seguidores de esta religión se les denominó Dönme, palabra que en turco significa conversión o rotación.
Como nuevos musulmanes, los Dönme pudieron alcanzar puestos de poder civil hasta ese momento vetados por el hecho de ser judíos y desarrollaron importantes carreras mercantiles especialmente en lo que respeta al comercio del tabaco (hay que tener en cuenta que Salónica era una de las ciudades más prosperas del Imperio Otomano); todo ello sin perder su carácter de sociedad cerrada (ya que no permitían el matrimonio con gente ajena a la comunidad), de tal forma que continuaron viviendo en sus propios barrios, acudiendo a sus prestigiosos colegios (en uno de los cuales incluso estudió el propio Kemal Atatürk, padre de la Turquía moderna) y practicando secretamente su religión.

Tras la caída de la ciudad a manos de los griegos a principios del siglo XX, los sabateos fueron forzosamente trasladados a Estambul, donde su comunidad se diluyó y perdió gran parte su identidad étnica, hasta el punto de que se considera que la religión ya no es practicada, aunque existen fuentes que afirman que la misma se sigue ejerciendo en secreto.
El cementerio de Maçka
Aunque el Cementerio de Maçka también alberga tumbas musulmanas suníes, en el mismo dominan visualmente las tumbas Dönme, que se caracterizan porque sus lápidas aun conservan fotos de los fallecidos (algo no habitual en las tumbas musulmanas) y muchas mencionan en su lápida el orígen «selanik» de los difuntos.

En relación al cementerio decir que desde hace unos años los arboles del cementerio han crecido de forma descontrolada creando un pequeño bosque de cierto espesor, con vegetación cuyas raíces incluso surgen de las propias tumbas; el estado general de conservación es ciertamente mejorable, ya que la mayoría de las tumbas son muy antiguas, el último enterramiento fue en 1935, y no existen ya familiares que las mantengan y sus pocos visitantes son o bien curiosos o gatos que usan el recinto como refugio improvisado.
Con todo, el principal atractivo de este camposanto es que en cierta medida un museo antropológico de Estambul de la segunda y tercera década del siglo XX y las fotos de los finados, nos permiten no solo caracterizar visualmente a la comunidad Sabatea, sino que también nos permite hacernos una idea de la vestimenta y estilo de la sociedad estambulí de la época.
La visita a este cementerio puede ser complementada con una visita a la Mezquita de Teşvikiye y al Cementerio de Bülbülderesi en Üsküdar, otros lugares de Estambul vinculados también a la comunidad Sabatea, lo cual permitirá al lector ampliar su conocimiento sociológico e histórico de esta curiosa y singular secta.

Actualizado el 8 julio,2020.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño