Dentro de la gran diversidad de comunidades cristianas existentes en Estambul, la anglicana siempre ha sido minoritaria en lo que al número de fieles se refiere, lo cual no quita la importancia económica y social de esta fraternidad de fieles que ha estado fuertemente vinculada a los quehaceres comerciales del Imperio Británico y a la vida diplomática de la antigua embajada.
Residentes temporales o permanentes que necesitaban de lugares exclusivos para la oración y que vieron materializar sus plegarias con la construcción en el año 1582 de una pequeña capilla dedicada a Santa Helena que fue levantada de forma anexa a la embajada británica (hoy en día consulado general tras el traslado de la capital a Ankara).

La capilla de Santa Helena (Saint Helene Anglikan Protestan Kilisesi en turco) sufrió varios cambios de imagen y estructura a lo largo de su dilatada historia, siendo el más importante el acontecido a mediados del siglo XIX cuando se le confirió su aspecto exterior actual.
Con todo la última reforma es relativamente reciente y vino motivada por los fuertes daños estructurales que se produjeron en el templo como consecuencia del atentado terrorista que sufrió el consulado en el año 2003 y en el que murieron decenas de personas incluido el cónsul general del Reino Unido Roger Short.
Las secuelas del atentado hicieron que durante años la iglesia permaneciese cerrada, pero recientemente la capilla ha sido reabierta al culto aunque la misma apenas cuenta con oficios religiosos; de hecho, está siendo utilizada de forma regular para otros fines como pueden ser eventos culturales o mercadillos solidarios. Estos actos públicos, a lo que hay añadir la apertura de un restaurante de lujo en el patio que da acceso a la misma, han permitido que esta escondida iglesia sea ahora conocida también fuera de los ámbitos anglicanos.
La de Sainte Helene es una capilla sencilla, a la par que singular, una verdadera ave fénix que ha resurgido de sus cenizas y que hoy se levanta hermosa y firme, ejemplo claro como la sociedad turca de bien nunca se va a rendir ante la barbarie obscena del terrorismo.

Actualizado el 17 agosto, 2024.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño

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