Es conocida por el nombre de la cisterna de las mil y una columnas (Binbirdirek Sarnıcı en turco), pero realmente solo tiene 224, pero es tan impactante el efecto generado por su bosque de pilares de 14 metros de altura, que es normal que uno acabe exagerando la cuenta.

También conocida como la Cisterna de Filoxeno, es uno de los monumentos de la época bizantina que mejor ha llegado hasta nuestros días y constituye la segunda cisterna de mayor extensión de Estambul, solo viéndose superada en tamaño por la célebre Cisterna Basílica.
Situada en las cercanías del antiguo Hipódromo, la cisterna fue construida en el siglo IV y tuvo uso como aljibe durante siglos pudiendo almacenar hasta 40 millones de litros de agua. Tras la conquista otomana el edificio quedó en desuso y olvidado, hasta que fue redescubierto a mediados del siglo XVI, momento en el que pasó a ser utilizado como taller. En tiempos recientes, la cisterna fue renovada completamente y su interior se habilitó para la celebración de exhibiciones y eventos.

El monumento genera un fuerte impacto en nuestra retina y todo ello pese a que ya no es posible visibilizar la altura completa de las columnas de mármol, ya que en una de las reformas del edificio se elevó el piso y en la actualidad solo se puede admirar la altura original de 4 columnas, que se elevan a través de un pequeño estanque ubicado en el centro del conjunto.
Aunque no cuente con mil y una columnas, bien merece una visita a la cisterna por su incalculable valor arquitectónico e histórico, un rincón de Estambul, poco conocido, que deberías ya meter en tus planes para tu próxima visita a Turquía.

Actualizado el 15 diciembre,2022.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño