Pese a ser desconocida por el gran público, la iglesia de San Pedro y Pedro es uno de los templos cristianos más antiguos de Estambul y uno de los símbolos del intenso legado levantino en la ciudad.

Poco después de la Conquista de Constantinopla en 1453, la colonia genovesa de Pera acabaría pasando a manos otomanas, que aunque respetaría parcialmente la presencia de los mercaderes de origen italiano, si realizó cambios significativos en la vida de la misma; uno de los ejemplos más visibles fue la conversión en 1475 de la antigua iglesia de San Pablo en mezquita, la cual sería donada posteriormente a los moriscos de origen español (que huían de los últimos coletazos de la Reconquista) pasando a ser popularmente conocida como la Mezquita de los Árabes.
Los frailes dominicanos que habitaban al monasterio asociado a esta iglesia, tuvieron que moverse a un nuevo emplazamiento y acabarían instalándose a unos cientos metros arriba, muy cerca de la popular Torre de Gálata, en un discreto edificio colindante con las murallas.

De aquel primitivo templo poco queda y de hecho el monasterio actual es fruto de la intensa reforma arquitectónica realizada en 1841, cuando Gaspare Fossati embelleció el templo quedando el mismo consagrado a la devoción de San Pedro y San Pablo.
La nueva iglesia adaptó un interesante estilo neoclásico, que eso si quedo parcialmente recluido en el interior de los muros del complejo, motivo por el que la iglesia es desconocida para los turistas o locales.

El acceso al recinto es ciertamente complicado por el tema de los horarios, ya que solo puede hacerse en horario de misa a las 8:00 am de lunes a viernes y sábado a las 19:00 pm, o bien fuera de la misma los jueves, sábados y domingos de 15:30 a 17:30 aunque a veces la iglesia permanece cerrada igualmente.
N.a: Los horarios pueden no estar actualizados

En ausencia de una hermosa fachada, la iglesia de San Pedro y San Pablo (Saint Peter ve Saint Paul Kilisesi en turco) busca lucirse en su interior y cuenta con un bello pasillo de columnas corintias, que dan cabida a un espacio de clara inspiración italiana en el que sobresale su altar mayor coronada por una cúpula que replica un cielo estrellado.
Figuras de santos, vírgenes y de Papas pertenecientes a los Dominicos crean un entorno de gran espiritualidad, siendo un retablo de Santa María Odigitria el elemento decorativo más singular y valioso.

Este discreto templo católico es un ejemplo más de la importancia del cristianismo en Estambul, un legado con raíces históricas y que pese a todas las vicisitudes que ha experimentado, aun sigue sobreviviendo en muchos de los rincones de la ciudad.

Actualizado el 7 marzo,2023.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño