Uno de los momentos vitales más encantadores de Estambul es cuando uno atraviesa la llamada Puerta Imperial o de Bab-i Hümayun a la salida del Palacio de Topkapi y tus ojos son impactados con la espectacularidad de las perlas monumentales de la ciudad: Santa Sofía y la Mezquita Azul.

Solo se puede decir que es mágico cuando uno traspasa esa puerta acompañado de un dulce atardecer y de la sinfonía de la oración, que en Sultanahmet resuena a un más impactante y rica en sonoridad que en cualquier otro lugar de Estambul.

Ante esta brutalidad visual, uno se vuelve loco intentando discutir si me quedo con la compasiva imagen de Santa Sofía o la sombra que perfila los seis minaretes de la Mezquita azul. Así que decido dejarlo en empate y dedicarle a ambas una sesión fotográfica, con el fin de compartir con vosotros este espectáculo inolvidable.

Actualizado el 10 marzo,2016.