La Mezquita azul, los minaretes de Estambul

Cuando uno divisa la península histórica de Estambul, un mar de alminares parecen saludarnos en un espectáculo visual único, el reflejo físico de cientos de mezquitas de diferentes tamaños y estilos que se elevan hacía el cielo; entre ellas una destaca sobre todas las demás, luce 6 minaretes y todo el mundo la conoce por el nombre de Mezquita Azul.

La mezquita Azul en Estambul

Curiosamente este impresionante templo otomano no se llama oficialmente Mezquita Azul, sino Mezquita de Sultan Ahmet (Sultan Ahmet camii en turco), en honor al sultán Ahmet I quien ordenó su construcción en el año 1609, siendo su popular apodo debido al impresionante efecto visual que generan los miles de azulejos y pinturas de color azul que se exhiben en su interior.

La mezquita Azul es un monumento impresionante y que asume un reto digno de sus dimensiones, que es el de enfrentarse visualmente a Santa Sofía y salir airoso, creando un entorno mágico que maravilla a los millones de turistas que visitan cada año Estambul.

Blue Mosque

Su principal signo de distinción son sus 6 alminares, privilegio que mantuvo en exclusiva en Turquía durante siglos, aunque recientemente se han construido mezquitas con ese número de minaretes en Adana y Mersin, además de otras dos en Estambul como son la de Çamlıca o la de Arnavutköy.

Cuenta la leyenda que el motivo de que la mezquita tuviera ese número de alminares fue un error lingüístico, ya que el sultán pidió la construcción de alminares dorados, pero los arquitectos confundieron la palabra turca altın (dorado) con la palabra altı (seis)..

Mezquita de Sultan Ahmet

Este error constituyó un gran problema de imagen para el sultán, ya que muchos creyentes lo consideraron un gesto de prepotencia ya que en ese momento la única mezquita con 6 minaretes era la Gran Mezquita de la Meca; ante las criticas el líder otomano resolvió el problema añadiendo un alminar más al sagrado templo de la Kaaba

No fue la única polémica vinculada a su construcción, ya que no estaba bien visto en la sociedad otomana que sus lideres construyeran grandes edificios públicos sin que estos  estuvieran asociados a los botines de guerra fruto de la expansión otomana; el Sultán Ahmet I no tuvo mucho éxito militar durante su reinado y por eso muchos consideraban que el sultán no era merecedor del honor de construir un gran templo.

Entrada a la mezquita Azul

Con todo, el Sultán Ahmet hizo caso omiso a las criticas y ordenó al arquitecto Sedefkâr Mehmed Ağa levantar un imponente templo en uno de los lugares más simbólicos de Estambul, ocupando el espacio físico donde en la época bizantina su ubicaba el Gran Palacio de Constantinopla.

Sin duda, el empeño de lograr un monumento único, se refleja en el hecho que el sultán emitió un edicto para obligar a que toda la producción de las célebres fabricas de azulejos de Iznik se dedicase en exclusiva a la nueva mezquita; con todo esa ambición provocó una reducción de los estándares de calidad y las últimas series de azulejos, de un total de 20.000, no eran tan espléndidos como los primigenios.

Interior de la mezquita Azul

Los azulejos y los ventanales eran claves en esta construcción ya que daban sensación de luminosidad, aligerando con ello la pesadez estética de las 4 majestuosas columnas que sostienen la cúpula central de 43 metros de altura. El domo principal se ve acompañado en su ascensión por varias semicúpulas y en una configuración simétrica que toma inspiración del modelo utilizado en la Mezquita de Şehzade.

Otro de los puntos fuertes del complejo es sin duda su patio, el cual sorprende por sus amplias dimensiones, es de igual tamaño que la mezquita, y por su galería porticada continua que bordea el mismo y da centralidad estética a una hermosa fuente hexagonal.

Mezquita Azul en Turquia

La Mezquita Azul, cuya construcción fue terminada en 1617, no alcanza ni las colosales dimensiones de Santa Sofía, ni la riqueza estética de Süleymaniye, pero se pude decir que logra un punto intermedio de magnificencia entre las dos, siendo por ello considerado como uno de los monumentos más hermosos de la arquitectura otomana.

El Sultán Ahmet I, cuyos restos descansan en un mausoleo cercano a la mezquita, no ha pasado a la historia otomana por sus grandes conquistas, pero será siempre recordado por haber sido el impulsor de esta gran mezquita, un templo que hoy da un nombre al barrio más famoso de Estambul y que es en la actualidad una de esas visitas ineludibles para aquel que quiera conocer la esencia de esta milenaria ciudad.

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Actualizado el 11 diciembre,2018.
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