Acaparador del perfil visual del histórico barrio de Fener, el Colegio Griego (Özel Fener Rum Lisesi o kirmizi mektep en turco) es uno de los edificios más emblemáticos del Cuerno de Oro y un reflejo más de la diversidad arquitectónica de la ciudad de Estambul.

Situado en las inmediaciones del Patriarcado Ortodoxo de Constantinopla, se trata de un esplendido edificio ensamblado en ladrillo rojizo y cuya forma asemeja a la de un castillo; recibió cuerpo y alma de manos del arquitecto Pericles Dimadi, quién en 1883 avaló técnicamente el encargo del mecenas Georgios Zariphis.
Con todo el colegio ya existía antes del siglo XIX, así hunde sus raíces en el año 1454, justo un año después de la caída de Constantinopla, y sirvió durante generaciones como instituto de élite para los chicos de la comunidad ortodoxa que habitaba Fener, de hecho en sus clases fueron educados importantes ministros y empresarios.

Aunque actualmente la comunidad ortodoxa es minoritaria en el barrio, el mismo sigue abierto y aún mantiene un cierto prestigio entre los habitantes de origen griego por ser el decano entre el conjunto de colegios privados ortodoxos; importancia histórica que se acrecienta aun más cuando uno descubre que anexo a su estructura se encuentra la iglesia de Santa María de los Mongoles, la más antigua en activo de todas las que se encuentran en Estambul.

Decir para finalizar que el edificio normalmente no puede ser visitado, pero vale la pena acercarse a sus pies, no solo por su singular figura sino también porque las calles próximas están dentro de las más fotogénicas de la ciudad. Un regalo visual que en su conjunto enriquecen la visita a un barrio como el de Fener, que atesora innumerables y hermosos secretos.
Recomiendo no perderse la recoleta iglesia de Santa María de los Mongoles, en las inmediaciones de este colegio.
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si esa la tenga pendiente la verdad que he pasado un par de veces por allí pero nunca he conseguido entrar
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