El palacio de Beylerbeyi (Beylerbeyi Sarayı en turco) es de esos monumentos al que uno debe necesariamente acercarse cuando visita la parte asiática de Estambul, ya que resume como ninguno el encanto y lujo de las residencias palaciegas de la Corte Otomana.

Este monumental complejo se encuentra ubicado en el barrio de Üsküdar, justo al lado del lugar donde el primer puente del Bósforo hace pie en la costa asiática, y atesora el privilegio de haber sido el principal palacio otomano en esta parte de la ciudad.
El edificio fue un encargo del sultán Abdülaziz I a Sarkis Balyan, uno de los grandes arquitectos de la época y célebre miembro de la familia Balyan, estirpe de origen armenio, artífices de las principales obras arquitectónicas del Estambul del siglo XIX.

El Palacio fue diseñado para servir como residencia de verano de la familia del Sultán, así como mansión de invitados para visitas ilustres de las delegaciones extranjeras.
Las necesidades de estos ostentosos moradores hizo que el interior exhiba una exuberancia decorativa única, donde la cerámica y los muebles son incunables hechos por los mejores artesanos del momento.

Brillantez en cada detalle que se alza por las columnas, toca los elementos decorativos del techo y desciende por las lámparas de araña cuya luz se refleja en los espejos de este espectacular museo.

Fue terminado de construir en 1865 y aunque en lo referente a su aspecto exterior no alcanza la brillantez de otras obras contemporáneas como el Palacio de Dolmabahçe o el de Küçüksu, su riqueza decorativa interior y su estrecho vínculo con el mar, lo han convertido en un referente turístico de Estambul.

Pese a su icónica imagen desde el mar, sin duda el principal atractivo del palacio son sus espléndidos jardines llenos de estatuas, fuentes y rincones magnéticos que se entremezclan con una cuidada vegetación, distribuida siguiendo los cánones de los mejores arquitectos del paisaje.

Desde el puente que conecta Europa y Asia se puede apreciar la inmensidad del palacio, pues ofrece una vista de la geometría de todos los jardines y edificaciones, elementos que lo convierten en un símbolo arquitectónico de Estambul que bien merece una visita.


Actualizado el 3 mayo, 2021.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño


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