La antigua iglesia de Chora es uno de los lugares más visitados de Estambul, pero muchos desconocen que colindante a este famoso museo se encuentra la Sinagoga de İştipol, un recuerdo vivo de la vibrante comunidad judía de Balat y uno de los escasos templos de madera que sobreviven en Turquía.

Fundada por judíos sefardíes procedentes de Macedonia
La expulsión de los judíos de España llevó a pequeñas comunidades sefardíes a instalarse, a mediados del siglo XIV, en el territorio de la actual república ex yugoslava de Macedonia, siendo uno de los lugares elegidos la ciudad de Štip (İştip en turco).
La comunidad judía de Štip prosperó hasta que la conquista otomana de la ciudad cambió los roles políticos y religiosos en todo el territorio, generando una nueva perspectiva social que llevó a algunos judíos a emigrar de nuevo con destino esta vez a Estambul.
Hay que resaltar que los gobernadores turcos fueron relativamente tolerantes con los judíos, de hecho los sultanes promovieron que los mismos se instalasen en ciertos barrios de la capital otomana; esta tolerancia religiosa viene motivada por dos factores, por un lado, por la valorada maestría profesional de los judíos y por otro para diluir la concentración de cristianos ortodoxos en ciertas de áreas de la ciudad (también se usaron a los armenios con el mismo objetivo), ya que su alto número podía suponer un peligro de revuelta.
Uno de los barrios destinatarios de esta emigración judía fue Balat, ubicado en el actual distrito de Fatih, y que aun a día de hoy preserva una de las mayores concentraciones de sinagogas activas de Estambul, como es el caso de los templos de Ahrida o Yanbol.
Los judíos de Štip promovieron en Balat la construcción de una pequeña sinagoga que recibiría de forma popular el nombre de Estipol o İştipol y que quedó situada al amparo físico de la Mezquita de Kariye, la cual ocupaba el edificio de la antigua iglesia ortodoxa de Chora.

Una de las pocas sinagogas de madera de Turquía
La de İştipol (İştipol sinagogu en turco) es una de las sinagogas más antiguas de Estambul, de hecho se tiene constancia documental de su construcción en 1693, pero algunas fuentes incluso hablan de la existencia de una anterior; la misma fue reconstruida en 1898 tras ser arrasada por un gran incendio que asoló el barrio en 1896.
Pese a ser una sinagoga pequeña y de decoración interior sencilla, reducida a los elementos esenciales de la liturgia judía, tiene gran valor arquitectónico al ser uno de los pocos templos turcos hechos en madera que han conseguido sobrevivir al paso de los años, motivo por el que está protegida desde el año 1987.
Exteriormente, la sinagoga es solo visible en su parte posterior, ya que su fachada principal está tapada por un muro, de ahí que pase inadvertida, aunque uno la puede visibilizar parcialmente si sube a las escaleras de un bloque de viviendas de estética otomana situada justo en frente; este último edificio, pese a su mal estado de conservación, es también digno de ver al ser una de las pocas construcciones históricas de madera que sobreviven en la zona, junto al conjunto de casas situadas en la cercana calle Kariye Bostanı.
Pese a la protección, esta sinagoga otomana ha sufrido graves problemas de conservación, iniciados con la emigración de judíos o bien a Israel o a distritos más modernos de la ciudad, hecho que despobló Balat de hebreos y conllevó el cierre al culto de la sinagoga en 1951, permaneciendo durante décadas en estado de semiabandono y solo sobreviviendo de su ruina total por la labor desinteresada de ciertos miembros de la comunidad.

Reabierta al culto en 2016
Tras reformas menores, el 8 de enero de 2016 la sinagoga fue reabierta al culto con una ceremonia sencilla que atrajo a decenas de miembros de la comunidad judía de Estambul, entre ellos la del gran Rabino de Turquía Isaac Haleva.
Pese a todo, no se prevé que la sinagoga abra de forma regular, la misma aún carece de corriente eléctrica, quedando su uso reducido a eventos y festividades judías; con todo no está de más acercarse a la sinagoga tras realizar visitar el Museo de Chora, porque quizás tengamos suerte y podamos disfrutar de este recuerdo en madera de la aportación judía a la ciudad de Estambul.

Actualizado el 19 agosto,2024.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño

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