La estación de Haydarpaşa (Haydarpaşa Garı en turco) es uno de los edificios más emblemáticos del lado asiático de Estambul, una hermosa terminal de trenes reflejo de una época en la que el Imperio Otomano quiso comunicar por tren su antigua capital con los confines de su territorio.
El resultado de ese titánico esfuerzo se materializó en una emblemática estación diseñada por los arquitectos alemanes Otto Ritter y Helmut Conu, quienes en 1902 levantaron un edificio de estilo neoclásico, muy del gusto centro-europeo, pero cuyo estampa pronto se convirtió en un símbolo no solo del barrio de Kadıköy sino también de todo el lado asiático de Estambul.

La fuerza visual del edificio no deja indiferente, de hecho es una de las imágenes turísticas más famosas de Estambul y un recurso fotográfico habitual en vídeos musicales o series de televisión.
Resulta llamativo, pero el lugar desde donde se admira mejor la icónica belleza de la estación de Haydarpaşa es desde el mar, una curiosa paradoja que se explica por el hecho de que así los pasajeros podían fácilmente tomar los ferris con destino al lado europeo de Estambul.

De bellos interiores, casi al nacer la estación de Haydarpasa sufrió el achaque de la Primera Guerra Mundial y la caída en desgracia de aquel extenso imperio que buscaba la estación vertebrar; con todo tras la guerra siguió dando servicio tanto al interior de Anatolia como a otros países del entorno como Irán o Iraq.
El choque de un petrolero en 1974 y especialmente la inauguración en 2013 del proyecto Marmaray, supusieron el declive de las instalaciones hasta tal punto que se temió que el edificio principal fuese destinado a usos hoteleros; con todo la presión social modificó los planes del gobierno quienes están renovando el complejo ferroviario para acoger los trenes de alta velocidad que comunicaran Estambul con Ankara, momento en que Haydarpaşa se llenará de nuevo del chirrido de las locomotoras y en el que Estambul recuperará uno de sus más famosos símbolos.

Actualizado el 9 enero,2018.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño