Vivir casi al lado de uno de los monumentos más famosos de Estambul, el Museo de Chora, no ha supuesto un importante trasiego de turistas hacía la iglesia de Pammakaristos pese a que su colección de mosaicos bizantinos son equivalentes en antigüedad y belleza; quizás sea su localización en uno de los barrios más conservadores de Estambul (Çarsamba) lo que ha provocado que el turista clásico la ignore, con todo si uno ha visitado la iglesia de Chora y ha disfrutado del arte bizantino no esta de más desviarse 10 minutos y acercarse a esta pequeña pero a la vez bella iglesia-mezquita.

Pammakaristos toma forma y altura tras la caída del Imperio latino de Constantinopla en 1261; la vuelta a la ortodoxia bizantina provoca la reconstrucción de muchas iglesias y así de las ruinas de otra previa surge el Templo de Theotokos Pamakaristos construido entre los años 1292 y 1294 por Miguel Ducas Tarchaneiotes, sobrino del emperador Miguel Paleologo VIII. Un edificio que la esposa de Miguel Ducas, María, ampliaría con una capilla lateral o paraclesion que hoy en día conforma el núcleo principal del museo y que contenía las tumbas de sus mentores.
Sede del Patriarcado ortodoxo de Constantinopla
Pese a la caída de Constantinopla y la llegada de los otomanos, la iglesia continuó durante largo tiempo celebrando culto cristiano entre sus paredes, de hecho acogió desde 1455 a 1586 el Patriarcado ortodoxo de Constantinopla hasta que este se trasladó definitivamente a su actual sede en el barrio de Fener.
Conversión en mezquita
Desprovisto del amparo espiritual del patriarca, llamó la atención del Sultán Murad III el cual quiso celebrar sus victorias bélicas en Georgia y Azerbayán reconvirtiendo la iglesia en una mezquita, que en 1592 pasó a denominarse Mezquita de Fethiye.
El nuevo templo musulmán alteró la distribución interior y destruyó la belleza original que atesoraba la iglesia sin aportar elementos arquitectónicos de interés, con suerte el paraclesión fue salvado y restaurado a mediados del siglo XX por el Byzantine Institute of America y el Centro de estudios bizantinos de Dumbarton Oaks, responsables también de la restauración de la Iglesia de San Salvador de Chora.

Museo de Fethiye
La visita al museo (inaugurado en 2006) puede parecer corta, ya que el espacio a descubrir es pequeño y se reduce a los jardines exteriores y al paraclesión, pero una vez dentro la concentración de mosaicos solo puede ser considerada como espléndida; puzzles de diseño espiritual que reflejan a Jesús y a diferentes referentes cristianos como la Virgen María, San Juan Bautista o el mismo San Gregorio.
Quizás lo más sorprendente y valioso de este espacio es ver como estas piezas del arte bizantino tardío dominan la vertical hasta un punto que su admiración puede provocarnos cierto dolor de cuello, aflicción temporal que se compensa con el disfrute de los que son algunos de los mosaicos bizantinos mejor conservados de Estambul solo superados en talento por los mostrados en las paredes de Chora y Santa Sofía.

La visita se puede complementar acercándonos a la mezquita adyacente que exteriormente no está excesivamente alterada y aún guarda la belleza de ese juego de cúpulas único de la arquitectura preotomana.
Su interior muestra un enfoque islámico sin elementos sobresalientes y con una decoración hasta cierto punto desordenada que la hace diferente a otras mezquitas de Estambul.
Pammakaristos es reflejo de la grandeza visual y arquitectónica del periodo bizantino, un monumento pequeño pero cuyos detalles son grandes en historia y valor, un resumen del intenso rico pasado de la ciudad de Estambul.

Actualizado el 15 diciembre,2016.
hermosa, me gusta
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es coqueta pero es una iglesia mona y con mucha historia 🙂
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hermoso!! Gracias por revelarnos los lugares ocultos de Estambul!
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gracias a ti 🙂
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