Allí donde confluye el lago de Büyükçekmece y el Mar de Mármara, el Sultán Suleimán decidió en 1566 construir un puente que permitiese al ejercito otomano y a la caravanas comerciales el transito seguro por ese territorio; una obra de ingeniería que el «Gran Sultán» nunca vería terminada, fallecería ese mismo año, pero que tras ser culminada se convertiría en uno de los símbolos de Estambul y de la arquitectura otomana.

Este puente nació de la experiencia en campo del propio sultán Suleimán, que de camino a la que sería su última campaña en vida, la de Zigetvar, vio que el ejercito tardo más de lo esperado para cruzar el lago, así que con el fin de evitar este inconveniente en el futuro ordenó a su arquitecto estrella, Sinan, la construcción de una gran pasarela de piedra, que sería terminada en 1567 ya bajo el gobierno del sultán Selim II.
Sinan se sentiría siempre orgulloso de esta gran obra civil de 636 metros de longitud, que se adaptaba al terreno con una consistente estructura, que por momentos parece un reptil serpenteando las aguas.

Para su construcción se crearon varias islas artificiales y se bombearon inmensas cantidades de agua con el fin de crear un entorno de estabilidad al puente, el cual mantiene su equilibro gracias a 29 arcos. Su diseño, además, sorprende por su gran ancho de calzada, creado a propósito para facilitar el paso de las caravanas, muchas de las cuales hacían noche o negocio en el Kurşunlu Han, un caravasar ubicado en las proximidades.
El puente del Sultán Suleimán (Kanuni Sultan Süleyman Köprüsü en turco), hoy en día es el símbolo turístico por excelencia del distrito de Büyükçekmece, un monumento que Suleimán no pudo admirar, pero que la humanidad ha podido disfrutarlo durante generaciones.

Actualizado el 20 diciembre,2021.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño
muy interesante, me gusto
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