El Gran Palacio de Aynalıkavak fue uno de los complejos palaciegos más grandes de la ciudad y uno de esos edificios sin cuya presencia no se puede entender la historia otomana de Estambul.

Quizás el pequeño tamaño del palacete actual pueda confundirnos un poco, pero hasta el desarrollo de los grandes palacios del siglo XIX (Dolmabahçe, Yıldız, Beylerbeyi), Aynalıkavak era uno de los pocos palacios que competían en extensión con Topkapı.
Situado entre los barrios actuales de Hasköy y Kasımpaşa, el emplazamiento fue un conocido lugar de esparcimiento para los emperadores bizantinos; tras la conquista de Constantinopla en 1453, el sultán Mehmet II inició los trabajos para construir una residencia en la zona, plantando a la par 12.000 cipreses con el fin de crear un gran jardín anexo.
Con la construcción de un astillero, en tiempos de Selim I, el jardín comenzó a ser conocido como el «Jardín del astillero» (Tersane Bahçesi en turco), apodo que sigue manteniendo en la actualidad pese a que la extensión del jardín es ya ciertamente reducida y lejos de sus momentos de esplendor.

El complejo no ganaría entidad y prestigio hasta el gobierno del famoso sultán Suleimán, el cual ampliaría significativamente las instalaciones, que acabaría convirtiéndose en palacio en 1613, ya en tiempos de Ahmet I, aunque sería ampliado y modificado a lo largo de los siglos venideros según el capricho artístico del sultán del momento.
Los sultanes solían visitar a menudo el palacio ya que muy cerca, en Okmeydanı, se realizaba la practica del tiro con arco, en un terreno hoy ocupado por la Fundación de Arquería (Okçular Vakfı en turco), la cual está considerada como una de las instituciones de tiro al arco más antiguas del mundo.
La diplomacia fue otro de los usos que tuvo el palacio. De hecho, en el palacio se celebraron innumerables encuentros entre los representantes del Imperio Otomano y las distintas embajadas europeas, motivo por el que el complejo paso a ser conocido por el gran número de valiosos espejos que tenía en su interior, los cuales procedían en su mayoría de los regalos que los diplomáticos veneciano hacían a la corte otomana, de ahí que el palacio pasase a a ser denominado «el Álamo reflejado» (Aynalıkavak en turco).

El palacio, a día de hoy, vive lejos de los tiempos de esplendor, muchos de sus edificios desaparecieron y de hecho vive incluso alejado del mar que le daba su característica silueta. El interés de los sultanes por otros palacios, el crecimiento del astillero (con su posterior relleno) y la construcción de nuevos edificios fueron recortando el antiguo jardín, que en la actualidad parece un oasis dentro de los talleres asociados al antiguo astillero.
Actualmente solo se puede visitar el conocido como Pabellón Aynalıkavak (Aynalıkavak kasrı en turco), uno de los módulos que fue restaurado en el año 2000 y que cuenta con una interesante colección de mobiliario de la época y una exhibición permanente de instrumentos musicales de época.
La belleza del interior invita a tomarnos un te o café turco, pero lamentablemente el personal de seguridad suele invitarnos a acelerar nuestra visita y no podremos ni siquiera tomar fotos (está prohibido), así que el placer de la gastronomía turca lo dejaremos para la coqueta cafetería existente en el jardín donde las prisas se diluyen y donde aun podremos disfrutar de la vista del precioso jardín.

Hoy en día, es difícil que el Pabellón Aynalıkavak se convierta en un destino turístico dentro de una ciudad que ofrece una oferta monumental inacabable, lo cual no quita la importancia que este tuvo en el pasado, cuando era uno de los palacios más grandes y conocidos de Estambul; con todo quizás en unos años renazca con gran fuerza ya que las antiguas instalaciones del astillero están experimentando una profunda renovación urbana como parte del proyecto Haliç Tersane.
Quizás Aynalıkavak nunca vuelva a ser el palacio que deslumbraba a los visitantes, pero sin su presencia no se entiende gran parte de la historia de esta ciudad llamada Estambul y solo por eso merece la pena visitarlo.

Actualizado el 18 noviembre,2022.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño
El astillero están experimentando una profunda renovación urbana como parte del proyecto Haliç Tersane., importante para volver a recuperar la historia del antiguo imperio.
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